viernes, enero 27, 2006

Síndrome Rubianes...

...reflexiona Carlos Herrera, a propósito del exabrupto de Rubianes, sobre lo barato que resulta insultar a España y los españoles, en conjunto. Pero, ¡ay! del que se le ocurriera insultar así a los que forman esa España, por ejemplo, a los catalanes en TVE, al estilo "que revienten los putos catalanes de mierda"...
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O ha sido abducido por esa poderosa burbuja nacionalista desde la que es imposible vislumbrar el exterior y en la que todo aire se recalienta hasta el estallido, o, lamentándolo mucho, estamos ante un imbécil de libro que ha vivido agazapado durante no pocos años. Al no creer lo segundo, prefiero considerar que es un claro caso de «Síndrome de Sant Just», descrito como aquel que se da en individuos ansiosos de superar las marcas de estulticia de los profesionales del desprecio que aparecen en la muy estupenda televisión de Sant Just d´Esvern -TV3-
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Un ejemplo tal de valentía antipatriotera, en cualquier caso, está por darse en los territorios últimos: cuán fácil es decir eso de España y de los españoles, pero cuán difícil decirlo de los catalanes, de los aragoneses, de los andaluces, es decir, de los que conforman España. La ventaja de decirlo del conjunto de los nacionales es que muchos de ellos pueden no querer darse por aludidos, pero si lo dice de los particulares que conforman la españolidad entonces se enfrenta al orgullo entretenido de las patrias menores, y eso se paga con otro precio. Me parece magnífico que un andaluz o un catalán desbarren improperios sobre la patria supuestamente común, pero ¿por qué no oigo a ningún catalán decir algo así sobre su patria próxima? ¿Gozaría Pepe Rubianes de la misma risotada simplista del público si dijese que «ojalá les revienten los cojones a los catalanes»?
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Pero, leedlo, leedlo enterito aquí.