martes, noviembre 21, 2006

Si es que prometía...

Yo no soy progre. Al contrario. Soy tolerante, educado, católico, un padrazo estupendo, amante de la lectura y la gastronomía, un poquito culto (tampoco mucho) y, según algunos que me conocen, hasta buena persona.


Con esa introducción, el libro sólo podía ser genial. Y lo es. Mordaz, irónico, didáctico...y sobre todo, divertido, que falta nos hace...