martes, junio 06, 2006

Una cosa lleva a la otra y ...

Uyuyuyuyuyu lo que dise la facciosa ésta.

Pretende decir que a nuestro Gobierno y su gran política exterior los toman por tontos. ¿Será posible? Por ejemplo:
Ahora su gobierno, ese que se autodenomina democrático, el que ha estado mirando hacia otro lado, porque es muy cómodo deshacerse de los problemas y recibir a cambio dinerito fresco de quienes se desloman en Europa convertidos en lo último que cualquiera desearía ser; ese gobierno, digo, deja de mostrarles la espalda para regalarles el beso de Judas y convertirlos en moneda de un chantaje infame: si no quieres ilegales, suelta la pasta. Nunca la frase de "la bolsa o la vida" tuvo mayor significado. Pero, claro, si con Marruecos coló, es, hasta cierto punto, lógico que los demás quieran apostar al mismo número de la ruleta, máxime cuando la banca está en unas manos predispuestas a tragar con el juego sucio de la extorsión.
(...)
Y mientras Senegal apunta al pecho de nuestro ejecutivo con un cayuco, me imagino que el resto de los países que en los últimos años se han convertido en yacimientos obligatorios de inmigrantes, estarán aguantando la respiración para ver si tragamos y ellos pueden hacer lo mismo. Es lo que tiene el ceder ante el matonismo: al comprarle a Marruecos su mercancía con tal de que no nos la envíe (¿existe una forma mayor de desprecio?) hemos abierto la compuerta y ahora no hay quien pare esto.

Dejar que cientos de miles de personas mueran convertidas en cebo para los peces es un crimen contra la humanidad y bajo ese epígrafe deberían de ser juzgados quienes lo consienten y lo alientan, pero no nos equivoquemos: ceder es propiciar que otros estén dispuestos a probar fortuna. El problema está en que no sé si a estas alturas tenemos suficientemente claro que dar al que pide con motivos es un acto de justicia, mientras que pagar al que chantajea con la desesperación de su gente, es convertirse en su cómplice.

Por cierto, esto último, ¿a qué me recuerda?

Esta tía es mala, mala, requetemala (léase extrema derecha por lo menos. (Vamos a la derecha de Acebes).

Porque seguro que alguien habrá que asocie lo del chantaje, lo de ceder, lo de la desesperación de su gente, etc... a lo que está pasando últimamente.



¿Verdad?

P.D. Al hilo de la foto de Miguel Ángel Blanco y las rosas blancas manchadas de sangre, leed la carta del ciudadano que las depositó en el escaño de Zapatero.

He ido al Congreso de los Diputados y depositado en el escaño del Sr. Presidente del Gobierno, D. Jose Luis Rodríguez Zapatero una foto de Miguel Ángel Blanco, dos rosas blancas y he vaciado un bote de mercromina sobre ellas. Creo que el simbolismo del gesto no merece mayor explicación. Pero sí quizás el motivo que me ha llevado a hacerlo.

Tengo 42 años, estoy jubilado y soy padre de cuatro hijos. Me importa poquísimo que los medios afines a ciertos sectores me tilden de ultraderechista, fanático o todo lo que ellos quieran. No se trata de mí, ni mucho menos. No tengo ninguna imagen pública que proteger, ningún prestigio profesional que defender, ninguna honra personal que salvaguardar. Ya fui despojado de todo eso hace tiempo. Bienvenidos sean los insultos y la satanización si sólo me tocan a mi. Se trata de nosotros, los españoles. Y a todos los españoles ofrezco estas breves reflexiones.

Jamás creí que llegaría a ver un momento en que unos españoles se vuelven contra otros con odio feroz, cuando casi todos creíamos enterrada para siempre esa espantosa guerra entre hermanos, entre vecinos, entre paisanos.

Jamás creí que llegaría a ver campañas organizadas de criminalización de media España contra la otra media. Creí que habíamos aprendido de la historia.

Jamás pensé que traíamos a nuestros hijos al mundo para lanzarles en un país de odios cainitas y de oscuros y sombríos caminos hacia olvidadas guerras.

Jamás albergué ningún tipo de odio hacia nadie, tengo excelentes amigos socialistas, nacionalistas catalanes, vascos y gallegos. Admiro a todos aquellos que son coherentes con sus ideas y las expresan sin doblez, como Julio Anguita, Rosa Díez, Gotzone Mora, Maite Pagaza, Nicolás Redondo, Rosa Aguilar y tantísimos otros que dejaré de mencionar.

Jamás sospeché que llegaría un momento en que no fuera posible tomarnos unas cañas juntos y discutir sobre nuestras diferentes ideas sin ningún tipo de problemas.

Jamás olvidaré aquél fin de semana de julio del año 1997, en que casi ahogado, sin aire, esperaba junto a toda España ¡¡TODA ESPAÑA JUNTA, UNIDA COMO UN SOLO HOMBRE!! el fatal desenlace del chantaje que los criminales del terror pretendían imponernos a todos, mientras el tic-tac del reloj marcaba los últimos instantes de la vida de Miguel Ángel Blanco.

Jamás olvidaré, aunque me condenaran a vivir tanto como Dios, el terrible grito de rabia y dolor que yo mismo y España entera proferimos tras esos dos secos disparos que acabaron con la vida de un inocente cuyo único delito fue el haber soñado.

Y hoy ya no puedo soportar más. La convivencia en mi país se está quebrando, se rompe, la mentira y la anulación de las conciencias se extienden como una mancha de aceite por toda la sociedad española. España está en manos de un hombre enfermo. Y España debe despertar y reaccionar.

¡NO HAY NINGÚN PROCESO DE PAZ!. ¡No nos dejemos engañar! ¿Cuántos policías, militares, guardias civiles y en general, miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado fueron masacrados antes de que por fin nuestras conciencias despertaran? ¿Acaso sus vidas eran de segunda categoría? ¿Por qué tuvimos que esperar a que empezaran a caer políticos, periodistas, civiles en general para tomar las calles? ¿POR QUÉ, ESPAÑA? ¿DÓNDE ESTÁ TU CONCIENCIA?.

¡NO HAY NINGÚN PROCESO DE PAZ! No se trata de luchas partidistas, de rivalidades por el poder, se trata de que la paz no puede conseguirse renunciando a la libertad, renunciando a la dignidad, renunciando a la justicia.

¡NO HAY NINGÚN PROCESO DE PAZ! Ningún país puede permitirse el derribo de todas sus leyes para contentar a un grupo criminal que pretende conseguir sus fines mediante el chantaje y la violencia.

¿Acaso Miguel Ángel Blanco fue asesinado PARA NADA? ¿POR NADA?. Entonces el Estado le dijo a los terroristas que NO. ¡¡NO!!. Y con ello se firmó la sentencia de muerte de Miguel Angel. ¡¡España, HAY QUE SABER DECIR QUE NO!!

Es esa sangre de Miguel Ángel Blanco la que deposité a través del simbolismo del betadine en el escaño del Presidente del Gobierno. Esa sangre es la que este hombre, al que la historia juzgará de forma implacable, ha tirado por el inodoro. Sus propios compañeros de partido se levantan, organizan la resistencia, se pronuncian asombrados contra un estado de cosas de locura y demencia colectiva. Este hombre ha manchado sus manos de sangre, y debe a los ciudadanos españoles muchas explicaciones todavía.

Termino. Cuando la policía presente en el Congreso de los Diputados me acompañó para tomarme declaración, pude intuir en algunos de ellos signos de comprensión. Su comportamiento fue ejemplar, en todo momento me trataron con una atención y educación exquisitas, y no puedo por menos que mostrarles desde aquí mi más profundo agradecimiento y reconocimiento público a su labor callada, oscura, sacrificada y tantas veces criticada por la ignorancia o los intereses bastardos de determinadas facciones. No todo es trigo limpio, claro, pero hay muchos héroes y mártires desconocidos entre ellos.

Por ellos, por todos los asesinados o mutilados por la mafia criminal, por España, el 10 de Junio ¡MANOS ROJAS POR LA LIBERTAD! ¡POR LA MEMORIA, LA DIGNIDAD Y LA JUSTICIA! ¡ESPAÑA, EL 10 DE JUNIO DEBES LLENAR TODAS LAS CALLES DE MADRID!

Alejandro Campoy Osset