lunes, abril 24, 2006

¡Qué gran verdad!

...lo que publica hoy German Yanke en ABC, El Estatuto y la estatua. Esa maldita doble vara de medir, y esa resignación del que la sufre, y la curiosa superioridad del que la usa. Aquí va el ejemplo:

«No derogarán los estatutos» dijo ayer Rodríguez Zapatero refiriéndose a los dirigentes del PP. El presidente tiene, y no sólo en este mitin de celebración mediada la legislatura, una paradójica concepción de sus reformas, como si se tratara del resultado de fuerzas inasibles de la Historia, del salto de la Edad Media a la Moderna, imposible volver atrás. Se nota también en su reacción ante las críticas que surgen (en la oposición y en su propio partido) cuando propone los cambios: palabras, palabras, pero luego llegan los hechos y ya nadie puede nada contra ellos. Se esgrime, para comenzar las reformas, que todo es mudable, que nada debe anquilosarse en el dogma, y luego, cuando se llevan a cabo, se convierten en inalterables.
¿A qué me suena esto? ¿Rebelión en la granja? (y para los de la logse, No, no es una película pollos...es un libro de Orwell)

Es lo mismo. A tragar. Como con todo...

Como con lo de que al ser Cataluña una Nación, se refuerza la Nación española ¿?,
o también que la retirada de tropas de Iraq, dejando a los aliados con el culo al aire, refuerza nuestra alianza con los EEUU ¿?,
que la OPA de Gas Natural era sólo una operación entre empresas, pero si es de E-ON entonces ya no ¿?...

En fin, que ya sobre lo que vamos a ceder ante ETA, teniendo en cuenta que para nuestro Presidente "Otegui es un hombre de paz", mejor ni hablar.