miércoles, mayo 24, 2006

La verdad es que los discursos se los curra...

...Y le pega "guantás sin manos" a tutiplén a Mr. Zetapé.
  • (...) con el pretexto del Estatuto, estamos, una vez más, ante el empecinado empeño de alterar la estructura de la Nación, con cambios que nadie reclama, que nadie sabe a qué responden, que a nadie le mejoran la vida, pero que tienen la virtud taumatúrgica de complicarlo todo.
  • ¿Acaso está el señor Rodríguez Zapatero en condiciones de exponer —aunque sea sumariamente— las líneas maestras del proyecto de reformas estatutarias que alienta con tanto empuje? No. Tajantemente, no ¿Por qué? Porque no lo tiene. Ni lo ha tenido nunca. Se ha lanzado irreflexivamente a poner todo patas arriba sin pararse a medir las consecuencias de sus actos.
  • Ahora vamos a repetir la farsa pero esta vez contra Andalucía. ¿Qué les han hecho a ustedes los andaluces? ¿Por qué este empeño en imponerles algo que ni desean ni se merecen? ¿Por qué estas prisas por dividir a la población e inventarle problemas que no tenía?
  • Vamos por partes: ¿A cuántos andaluces representa este Estatuto? Nos traen un proyecto que concierne a todos los andaluces, y resulta que no cuenta más que con el apoyo del 60% del Parlamento de Andalucía, es decir con los votos del PSOE y el auxilio de Izquierda Unida. Trae exactamente los votos que exige la ley, pero muchísimos menos de los que pedía el señor Zapatero –pregúntele al PNV- y reclama el sentido común.
  • He aquí la primera gran reforma que nos proponen: sustituir un Estatuto que era de todos —porque contó con el apoyo del 100%— por otro que nadie había reclamado y que deja fuera a una parte importantísima de Andalucía. ¿Acaso los discrepantes no son andaluces de verdad y por eso no hay que hacerles caso?
  • Tienen ustedes la virtud de convertir el instrumento que debe articular la unidad de todos los andaluces en una fuente de discordia, en el arma arrojadiza de unos contra otros.
  • ¡Qué cosas, señorías! El abanderado del talante, del consenso, del entendimiento, ha derribado todos los talantes, todos los consensos y todos los entendimientos que había en España. Ahora tiene otro concepto del consenso. El concepto del consenso será el que hagamos en el futuro, señor Rodríguez Zapatero. El consenso se ha convertido hoy en su adversario. Y ahora lo miran con malos ojos.
  • Reconozcan el contrasentido. Aceptan de antemano que el texto necesita correcciones y confían en que el Congreso las lleve a cabo. ¡Perfecta confesión de incapacidad! ¿Por qué no lo arreglaron en Sevilla? ¿Quién lo redacta en Sevilla? Ustedes. ¿A quién se lo confían en Madrid para que lo peine? A ustedes. ¿Me pueden explicar esto? ¿A qué viene este subterfugio adolescente de nosotros a pedir que ya lo recortarán en Madrid? ¿Es que el PSOE andaluz carece de criterio o es que los socialistas del Gobierno son más listos o es que no se hablan entre ustedes?
  • Y también se fijan los criterios con los que el Estado debe decidir las inversiones públicas. En Cataluña se dice que las inversiones públicas se harán en función del PIB. En Andalucía se dice que se harán en función de la población. El señor Rodríguez Zapatero apoya los dos criterios, aunque sean incompatibles. Luego vendrá otro y dirá que no, que la inversión se hará en función de islas de las autonomías; y otro que se hará en función de la dispersión de la población. Y el señor Rodríguez Zapatero, aunque sean incompatibles, contradictorios y no se puedan aplicar, dará su ok a cualquiera. ¿A él qué más le da? ¿A mi qué me importa? Ya lo arreglará otro. Esto es el modelo de Estado, señoras y señores diputados, que estamos haciendo.
  • No me extraña que ustedes, para merecer gracia a los ojos de su jefe de filas, consideren que les trae cuenta hacerse nacionalistas, aunque sean nacionalistas sobrevenidos y advenedizos. ¿Qué les falta para ser buenos nacionalistas del todo? Lo vamos a ver en las próximas fechas. Ese característico gesto incivil de dividir a los andaluces en buenos y malos. Buenos serán los que se traguen esta historia y malos, todos los demás. Verán qué pronto se les llena Andalucía de antiandaluces.
  • Para mi, que algunas cosas he intentado aprender y que algunas cosas me creo, es una paradoja incomprensible que de Andalucía, una tierra más española que San Isidoro, más leal que Guzmán el Bueno, la que asistió al parto de la Constitución de Cádiz –ya sé que ustedes no saben quienes son todos estos-, Andalucía ha llevado en sus gentes el nombre de España por todas las tierras del mundo. Y es una triste paradoja que de esa Andalucía nos pueda llegar semejante exaltación del nacionalismo más ramplón y localista.

¡¡¡Qué lástima que fuera de la tribuna de oradores estas cosas no lleguen a la gente!!