jueves, mayo 04, 2006

Sobre clamores...

Por Xavier Pericay:

Sostiene Maragall que en Cataluña existe un clamor. Y que este clamor lo recogió el Parlamento autonómico en aquel proyecto de Estatuto que entró un 2 de noviembre de 2005 en el Congreso de los Diputados y del que nunca más se supo.
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Sin duda. Pero de ahí a considerar que existe un clamor va un buen trecho.
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Algo que la gran mayoría de la clase política catalana experimenta a menudo y que no acierta a contagiar, por lo que se ve, a la gran mayoría de sus representados. Y, si no, ¿a qué obedece ese intento alevoso y patético de alargar en dos horas la jornada plebiscitaria del próximo 18 de junio, a qué obedece más que al miedo a no alcanzar un mínimo de participación?
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Pero el presidente de la Generalitat también sostuvo ayer otra cosa: que el nuevo Estatuto de Cataluña abre el camino al resto de las reformas estatutarias. Y, a juzgar por lo aprobado el pasasdo martes en el Parlamento andaluz, no sólo abre el camino, sino que tamb exporta el método y sus consecuencias.
Andalucía acaba de definirse a sí misma como una «realidad nacional». En fin, Andalucía, no; la mayoría de sus parlamentarios. Ya ven, otro clamor, y éste, si cabe, mucho más grotesco. Y lo que queda por andar. A este paso, mucho me temo que pronto oiremos otro tipo de clamores. De los de verdad.


Ya ven, el Presidente quiere recuperar los años 30...
sí, sí, aquellos, ¿no se acuerdan? Los años de las revoluciones, el matonismo, el linchamiento de la Iglesia, la demonización de la derecha, la exclusión de media España...
¡ahhh, qué tiempos aquellos!, ¿eh? Parece que fue ayer...