lunes, mayo 08, 2006

Acaso, acaso, acaso...

Santiago Abascal, en El semanal digital.
(...)

¿Acaso no es ridículo Chaves con su realidad nacional y su dichoso Guadalquivir? ¿Acaso no es ridícula la imposición lingüística del catalán, gallego, valenciano y vasco –y el fingimiento lingüístico de que el castellano fuera una traba en lugar de un extraordinario vehículo de comunicación humana- de varias regiones españolas donde el 100% de los ciudadanos saben, entienden y hablan español? Somos el hazmerreír de Europa. ¿Acaso no es patético ver cómo, en Baleares, a las páginas institucionales de Internet se puede acceder con el dominio .cat ideado por los mismos que quieren sojuzgar a los insulares? ¿Acaso no es absurdo, en términos sociolingüísticos, y ahistórico, decir que el español no es la lengua propia de los valencianos, sino sólo la oficial? ¿Acaso no es de insensatos sumarse a este locura orgiástica de parir Estatutos para fanáticos que no interesan a ningún español, de ninguna comunidad, que tenga dos dedos de frente? ¿Acaso no es ridículo siquiera sospechar que España no es nuestra nación?

Pues todo lo ridículo, como en los peores augurios, se ha hecho realidad en España. Lo que hace unos años era ficción, ahora es realidad. ¿Por qué?

(...)

Pero hay otro modelo más exacto, que es el verdadero paradigma de la España actual: la I República con su proliferación cantonalista y su ¡Viva Cartagena! He ahí nuestro espejo y nuestro drama. Pero frente al ¡Viva la desigualdad! y el ¡Vivan las "caenas"!, algunos continuaremos gritando, y escribiendo –cada vez más alto, cada vez más fuerte, cada vez con más orgullo, cada vez con más rabia- ¡Viva España! Que, entre otras cosas, es hoy vitorear a la libertad y a la igualdad.
Gente así nos hace falta. ¡Y cuánta falta!